PRESENTACIÓN




 EL REALISMO MARAVILLOSO AMAZÓNICO

    En el prólogo de El cuento peruano 1980-1989, una compilación imprescindible, Ricardo González Vigil, su autor, destaca cronológicamente los brotes generacionales en el itinerario de las formas narrativas en el siglo XX peruano.
    Uno de esos brotes emergió hacia 1934 y 1935. En este periodo, de acuerdo con el destacado estudioso de la literatura peruana, se produce el tránsito del regionalismo tradicional hacia una nueva narrativa: el realismo maravilloso o mágico de José María Arguedas, Ciro Alegría, Arturo D. Hernández y Francisco Izquierdo Ríos y el neo-rrealismo urbano.
    En un breve ensayo titulado "Una trocha para la literatura amazónica" (Shupihui, Iquitos, 1981), nosotros hemos estudiado este periodo en su vertiente amazónica, sobre todo a partir de la aparición de la revista Trocha en Iquitos, en setiembre de 1941, que marca el surgimiento de una generación de escritores importantes oriundos de la región amazónica, los trocheros literarios de la Amazonía.
    No son muchos, pero son como la sal de la tierra: Juan E. Coriat, César Lequerica Delgado, Víctor Morey, César Calvo de Araujo, Humberto del Aguila, Arturo Burga Freitas, Arturo D. Hernández y Francisco Izquierdo Ríos. 
    De todos estos autores, Arturo Burga Freitas es quien posiblemente estuvo más cerca de lo que, en nuestra opinión, debe ser el gran sujeto de la narrativa amazónica de las nuevas generacio-nes: el mito y la cosmovisión indígena como una alternativa de recreación de uno de los valores fundamentales de la cultura popular amazónica. Tanto en Ayahuasca como en Mal de gente y sobre todo en sus relatos acerca de la cosmogonía del pueblo shipibo, Burga explora y recrea desde los límites de su concepción occidental y desde la formalidad acartonada de una prosa recarga-damente adjetival y una estructura lineal, el universo indígena amazónico que penetra con todo su poder transformador, como la naturaleza amazónica que se recicla perennemente en los predios de la realidad de hoy.
    Tanto Arturo D. Hernández como Francisco Izquierdo Ríos nos proponen una visión de descubrimiento y asombro del universo amazónico. En ambos casos, este universo está dominado por fuerzas extrañas y misteriosas y penetrado por el mito y la brujería. La fatalidad con un peso cósmico marca el destino de cosas y hombres.
    Sin embargo, Izquierdo Ríos resuelve este dilema y aparente dicotomía a partir de la asunción de lo social como respuesta a las fuerzas ciegas y vitales de la naturaleza instintiva y del determinismo histórico. Para este autor, más allá de los poderes misteriosos e incomprensibles, es-tán las fuerzas y los conflictos sociales, desviando o enderezando el cauce de las vidas individuales de las gentes o colectivas de los pueblos.
    En sus obras, la injusticia social que ahoga los días de sus personajes, marginales y cálidamente humanos, no es el resultado de un orden natural irreversible, sino el producto de relaciones de dominación social y económica impuestas por los mismos hombres y las cuales es preciso cambiar a través de la rebeldía organizada.
     En sus hermosos y sencillos cuentos para niños, la maldad social no es inmanente a la conducta humana, sino que es producto de la desigualdad social y económica, curando por lo sano el riesgo de una concepción maniquea del bien y del mal.
    Izquierdo Ríos no sólo propone la menos exotista y tremendista visión de la realidad amazónica, tentación en la que sucumbieron muchos escritores de la misma generación, sino que en su afán de huir de los monstruos de la antiliteratura a veces camina al mismo borde del prosaísmo. Sin embargo, su instinto de lo popular y su olfato y sensibilidad poética le salvan oportunamente. Izquierdo Ríos y Hernández nos aportan la primera visión integradora de la realidad amazónica, desde la única perspectiva de la que es posible aproximarse a la realidad totalizadora: la vida arquetípica de sus personajes, míticos como Sangama o prosaicamente cotidianos como Pablo Lucero.
    En el mismo prólogo que hemos citado, Ricardo González Vigil pone de relieve los principales aportes narrativos peruanos de los años 80, entre éstos: "el Realismo Maravilloso, donde destacan el arribo -por fin- a una narrativa amazónica cabalmente desde adentro (los cuentos de Rumrrill y Panaifo, y las novelas Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía de César Calvo y El hablador de Mario Vargas Llosa; sorprendentemente, este último por fin se identifica con la óptica popular ajena a la "modernidad occidental".
   En efecto, desde la aparición del Grupo Bubinzana, en el Iquitos de los años 70, y del Grupo Urcututu, en los 80, así como de otros movimientos culturales en Pucallpa, Tarapoto, Moyobamba, Rioja, Puerto Maldonado, en toda la Amazonía se ha estado dando un proceso de decantación del viejo selvismo y paisajismo que caracteriza aún a la literatura regional amazónica.
   En este lapso se ha producido una notable confluencia, además, entre las dos grandes vertientes temáticas de la literatura en la Amazonía: lo mítico y lo social. La realidad amazónica de hoy no es -irremediablemente- la que novelaron Arturo D. Hernández y Francisco Izquierdo Ríos.  Ahora coexisten y se infiltran entre sí dos realidades que en el pasado parecían antagónicas en la Amazonía: lo rural y lo urbano. La urbe re-fracta al mundo rural y viceversa.
    Lo mítico y lo social, evidentemente, no son opciones antagónicas. Al contrario, la totalidad de la realidad amazónica sólo puede ser entrevista y vislumbrada desde estas opciones y perspectivas. En consecuencia, la postulación de una cultura popular amazónica, así como de una literatura ama-zónica, pasa por la confluencia de estas dos gran-des vertientes.
    Hay, sin embargo, una preocupación soslayada y una limitación casi invencible para las ge-neraciones precedentes: el problema del lenguaje. Para los escritores amazónicos de hoy el lenguaje es un problema crucial. Es el arma que buscamos para penetrar sin riesgos mortales en el bosque de la devoradora realidad amazónica. 
    Por eso sorprende gratamente que Arturo Ríos Ramírez, un escritor que recién publica su primer libro, haya sorteado con habilidad y destreza poco comunes los riesgos y las trampas en los que otros escritores, con más experiencia y trayectoria, sucumbieron.
    Arturo Ríos Ramírez, nacido en Moyobamba, en la Alta Amazonía, con su libro De bellas y brujos, se instala con méritos propios en la corriente de los cultores del Realismo Maravilloso Amazónico, méritos que tienen que ver con un empleo eficaz, moderno, funcional del lenguaje para crear las atmósferas en las que se mueven sus personajes y las tensiones psicológicas de los dramas humanos que construye.
    En pocos escritores amazónicos de la última generación hemos visto, como en Arturo Ríos Ra-mírez, el uso dosificado e inteligente del humor. En algunos cuentos -tal es el caso de "Chullachaquis"-, este elemento, sumado a la técnica del final de sorpresa, convierten a esta narración en una pieza antológica.
    En la mayoría de los cuentos del libro, revelando esa fusión y confluencia de lo mítico y social, los personajes habitan en las dos orillas de la realidad, en la orilla de la ruralidad y en la orilla de lo urbano. Chimban, para decirlo en el lenguaje amazónico, de una a otra orilla a veces con naturalidad y otras veces desgarradoramente, como se producen hoy el encuentro y el desencuentro entre lo rural y lo urbano en la realidad amazónica moderna.
    De bellas y brujos es un libro que revela a un autor de talento. Saludamos alborozados su aparición. El Realismo Maravilloso Amazónico está de plácemes.
                                                                                          Róger Rumrrill

Relatos Escogidos



Reseñas

Arturo Ríos Ramírez, moyobambino de nacimiento (1948), pertenece a la nueva hornada de narradores de la Selva.  Y como bien lo enfatiza el prologuista  Roger Rumrrill, “ Ríos Ramírez se instala con méritos propios en la corriente de los cultores del Realismo Maravilloso Amazónico”.  Y los nueve cuentos que ahora publica nos dicen de su buen manejo del lenguaje, de su magnifico sentido del humor, de su conocimiento apasionado de ese mundo en perpetua gestación que es la Amazonía, como igualmente no sentirse extraño en el entorno urbano, sin dejar de perder la perspectiva de pertenencia amazónica.
Si bien es cierto que algunos temas que ha tomado Ríos Ramírez para sus relatos ya están en más de un libro, tienen ahora el mérito suficiente para que los reencontremos con nuevos y muy atractivos ropajes: el de un renovado y limpio lenguaje, y de finales imprevistos.  Tal es el del divertido Chullachaquis, o el del drmático Selva, o el del Cazador y otros, que nos hacen ver y sentir que la selva siempre nos depara sorpresas.  Como esta de encontrarnos con un autor de talento
Ismael Pinto
Diario Expreso /Sección Cultural
Lima, 12 de Agosto de 2000


Arturo Ríos Ramírez (Moyobamba, 1948) ofrece en De bellas y brujos  un conjunto  de nueve relatos de tema diverso,  unidos por su temática: el mundo mágico de la cultura amazónica.
En sus páginas hallan cabida personajes del folklore del oriente peruano: Sus chamanes expertos en conseguirnos a la mujer amada y entidades maravillosas como el tunchi y el chullachaqui.
En la mayoría de relatos priman historias que tienen como marco la ciudad y sus habitantes, que revelan que el proceso de urbanización en el oriente no ha conseguido cambiar la particular racionalidad de sus habitantes.
La principal virtud de este volumen se confunde con su mayor carencia: por lo general la narrativa del Oriente ha encontrado su valor en lo costumbrista, de modo que los logros de esta tendencia pueden llegar a resultar interesantes y vigorosos, pero desde uns perspectiva ajena a la literatura, más cercana a lo social y antropológico.
No obstante tienen singular encanto para el lector las historias de la fauna urbana amazonica.  Nos revelan un modo de ser citadino enriquecido  por una tradición distinta de la costeña y de la andina, y que la buena pluma de Ríos Ramírez retrata con acierto, como puede apreciarse por ejemplo, en el cuento “Café Express”, quizás el mejor del conjunto.


Revista etecé / Letras
Lima, 26 de agosto de 2000


Es el primer libro de Arturo Ríos Ramírez, periodista y publicista moyobambino (ahora también narrador).  quien  rescató mitos, leyendas, historias y costumbres de su tierra y los transformó  en las fluidas historias que pueblan De bellas y brujos. Relatos de la Selva.
Más allá de las fuerzas mágicas que confluyen en cada relato, se aloja en ellos una clara visión de los conflictos sociales y psicológicos que regulan la vida de sus protagonistas.
Ríos Ramírez no sólo cuenta, explora distintas realidades y relaciones, fusiona lo urbano y lo rural, lo compara y contrasta en un lenguaje diferente, en un lenguaje muy propio que no se aparta de sus raices y adapta con facilidad  siempre dentro de un marco selvático.
Nueve coloridos relatos y una introducción a cargo de  Roger Rumrrill, que explica la vigencia del “realismo mágico amazónico” y recuerda un poco la historia de los cuentistas charapas.  (P.M.)

Revista Oiga / Libros
Lima, 1 de Setiembre de 2000


Con una antigua tradición de narradores orales, la literatura de la selva peruana  está imbuida de seres de leyenda, productos de la mitología de la zona; pero tambien de sus habitantes, personajes de por sí fascinantes, cuyas vidas están ligadas a la naturaleza  y a la urbe por igual.
Mucho de este ambiente ha nutrido los relatos de Arturo Ríos (Moyobamba, 1948), quien ha publicado De bellas y brujos. Relatos de la Selva (Nantu Editores, 2000), nueve historias de ágil prosa y no poco humor.
Constituido por los cuentos “Chullachaquis”, “Selva”,”Café Express”,”La chapana”,”Teresa”,”Ahogados”,”El huambisa”,”Noche aburrida” y “La bella”; cada texto refleja una visión distante y a la vez cercana del mundo amazónico.
Es decir, matiza la anécdota con la visión del narrador omnisciente, pero cala en el espiritu del hombre y la mujer amazónicos con una sabia aproximación al imaginario de su pueblo.
Arturo Ríos puede ser considerado un representante fiel de lo que algunos llaman “realismo maravilloso amazónico”; pero más que eso es un narrador que se esfuerza por tener un estilo propio, proceso arduo que este primer libro aborda con resolución.
Tal vez no posea aún el vuelo imaginativo de los grandes autores de la tradición literaria selvática (basta mencionar a Arturo Hernández y Francisco Izquierdo Ríos); sin embargo, su prosa sin complicaciones y “dialogante” lo convierte en una de las voces que debiéramos seguir con atención.
Su proxima novela corta, en preparación, nos dirá seguramente qué tan real y auténtica es la visión literaria del autor moyobambino.

Diario El Peruano/CULTURAL
Lima,7 de diciembre de 2000


Cuento: El mejor volumen corrió a cargo de Jorge Ninapayta de la Rosa, con la mayoría de sus cuentos premiados en el Perú y el extranjero: “Muñequita Linda” (Jaime Campodónico De.), libro sin los titubeos acostumbrados en una primera publicación , obra de madurez cabal.
Aparecieron, además siete volúmenes dignos de relieve: “Los sueños de América” de Eduardo Gonzales Viaña,  “El designio de la luz” de Gonzalo Portals Zubiate, “Dobleces” de Carlos Schwalb Tola, “Detrás de los postigos” de Gaby Cevasco, “Papel de viento” de Julian Perez, “Un descapotable en invierno” de Patrick Rosas y un libro colectivo con tres versiones de una misma historia, “Tres historias del pueblo de Dios” de Sigifredo Burneo, Rafael Gutarra y Houdini Guerrero.
Agréguese dos primeras entregas de buen nivel: “Año sabático”de José  Guich Rodriguez y “De bellas y brujos” de Arturo Ríos Ramírez.
  Ricardo Gonzales Vigil

Recuento narrativo del año 2000
Diario El Comercio/Literatura/LETRA VIVA
Lima, 4 de Enero de 2001

Prensa Regional

En Tarapoto presentan libro de relatos de la selva en medio de bellas sin brujos
Después de leer el libro de Arturo Ríos de un solo tirón,coincido con el escritor Róger Rumrrill, quien prologó De bellas y brujos, en que el manejo del lenguaje en casi todos los relatos, tiene el mérito de ser simple y eficaz, atrapando rápidamente al lector e internándole en medio de la magia y el misterio, utilizando como pocos escritores el humor  en el realismo maravilloso de la amazonía.
Con esa fuerza que la selva imprime a las pasiones,  Arturo ha conseguido soplando, soplando; como decían nuestros abuelos, escribir bajo el credo de Francisco Izquierdo Ríos:  de modo natural y sencillo, como crece la hierba y que por entre lo escrito se vea la luz de la vida.
  Sabemos que en estos últimos años, Arturo Ríos ha desgranado sus días, sus horas y sus minutos, uno por uno, y éste libro es ahora el resultado de sus sueños, el caminito que en medio de los bosques, abre una trocha literaria que estamos seguros el autor sabrá despejar con su pluma cada palabra, para construir con su producción una nueva propuesta literaria.
  La pasión de Arturo por las letras no es de ahora.  Por su sangre corre una mezcla de la rebeldía de su abuelo Sacramento Ramírez y la ternura de su tío poeta Luis Hernán.  Desde joven se ha identificado con los movimientos culturales de su pueblo y con los de su generación ha fundado en Moyobamba la Asociación Cultural “Javier Heraud” en los años 70 junto a otros jóvenes amantes del progreso, sacando a la luz la histórica revista “Mayoruna” donde difundían sus ideas, donde publicaban sus primeros poemas, donde planteaban sus propuestas sensibles a los problemas sociales del país.  Y donde también habían tiempo para enloquecer de amor por una mujer de piecesitos lindos cantándole al oído las canciones de Piero, cuando las ciudades de la selva se alborotaban con la música contagiosa de las orquestas de Jhonny and Coco de Lamas y Jhonny Montalbán de Moyobamba.
  Hoy los tiempos son otros y a pesar que Arturo un día ya lejano se fue con su terno casimir inglés a buscar la felicidad por otros cielos, su corazón se quedó atrapado para siempre en la selva de los encantos de donde no se ha ido nunca.  Hoy regresa con un libro bajo el brazo para devolverle a la selva sus propias historias, para hermanar a los pueblos y darle razón a Neruda porque de tanto andar y amar nacen los libros.
  Estamos seguros que los brujos de sus relatos sabían de sus sueños de escritor, porque sin pócimas ni pusangas comprendió rápidamente el misterio de los bosques, el lenguaje mágico que proviene de las aguas profundas de sus ríos, la ternura en cada gota de una llovizna con la magia del sol en el cielo.  Mañana los paucares madrugones que ya se están extinguiendo no se burlarán de Arturo como del montaraz Víctor Chávez de sus relatos sino cantarán de alegría porque de Bella y Brujos revela a un nuevo autor de talento como lo ha reconocido el escritor Róger Rumrrill.
  Por ahora debemos alegrarnos y compartir la felicidad de Arturo y su familia, celebrar este aporte intelectual que debe estar en las bibliotecas de los colegios y en las manos de los maestros y decirle al buen Arturo que en buena hora el reverendo Padre Domingo de Totoricagûena se equivocó con sus augurios de que estaba destinado a ser Obispo de la ciudad.  Hubiéramos perdido a un hombre de letras con cara de cura que hoy tendrá a cientos de feligreses lectores sin dejarle dormir ni un ratito como al brujo buceador de sus relatos que descansa bajo el agua, exigiéndole la segunda entrega de su otro libro de relatos.  Por lo menos no vamos a esperar a que la luna verde pase sobre su cabeza ciento cuarenta y cuatro veces.  Oficialmente en Tarapoto corazón, capital del amor sin brujerías, presentó estos relatos de la selva.  Un abrazo y salud con vino de misa, que tus amigos sabemos que es lo que te inspira. 
(Discurso pronunciado por el periodista Luis Alberto Vásquez en la presentación del libro “De Bellas y Brujos” del escritor Arturo Ríos en el auditórium del Hotel LA POSADA INN, el último 26 de Julio).
  Diario AHORA        Tarapoto, 10  de Agosto del 2000
Columna  Punto de vista de Alberto Tejada Villamar.

De bellas y brujos    
La primera vez de Arturo Ríos
    La narrativa amazónica tiene muchos exponentes ya reconocidos y algunos que van haciéndose de un nombre por la validez de sus escritos.  Arturo Ríos Ramírez,moyobambino, viajero por muchas ciudades de la selva y afincado desde hace mucho en Lima, ingresa con fuerza entre los narradores que recrean la realidad amazónica para, a partir de ella, crear una obra por demás interesante y moderna sin perder para nada sus raíces ancestrales.
   De bellas y brujos, relatos de la selva, es la primera publicación del narrador, su primera vez como se dice maliciosamente por estas tierras.  Arturo Ríos nos entrega en esta ocasión nueve relatos con un hilo intercomunicador que es la amazonía, en diferentes escenarios como las ciudades de Iquitos, Moyobamba y Pucallpa y de telón de fondo, el verdor infinito de la selva con sus habitantes.  Pero sólo hasta ahí el hilo conductor porque cada relato es único en su principio y fin, cada uno tiene su propio lenguaje, su propia óptica y por supuesto, su propia preferencia en el público que lo lee.  Quizas eso lo hace más interesante: su variopinta esencia que se parece a Iquitos, donde lo occidental se mezcla a diario, casi imperceptiblemente, con lo ancestral.
     Por supuesto que como buen amazónico que es, Arturo Ríos no pierde el humor innato, sino que lo recrea a través de toda la publicación, otorgándole esa dosis de humor casi sin quererlo, como lo sabemos hacer las gentes de esta tierra.  El relato “Ahogados” es el más burlón, el que combina el drama con la risotada final, un relato que te lo vas creyendo hasta que al final y sólo al final, empiezas a dudar si todo lo relatado es real, como ocurre en muchas de las historias que oralmente nos vamos contando en la Amazonía.  Es que De bellas y brujos  no deja jamás  de ser una recopilación de cuentos amazónicos desde diferentes ópticas.  Desde el costeño que llega a la selva y se mimetiza con ella al brujo eterno habitante del bosque, desde el joven urbano con sus travesuras y sufrimientos al montaraz cazador empedernido al grupo de hombres que se reunen a “ componer el mundo”en el cuento por demás evidente como es “Café Express”.
  Despues de leer el libro cada uno escogerá su relato preferido de acuerdo a su estado de ánimo, a lo que cada uno busca cuando coge un libro.  Quiero mencionar dos que no tienen porque ser los mejores pero si son los que más me impresionaron. “Teresa”, con la historia enamorada de un joven que no decide entre sus sentimientos hacia la chica proyecto de intelectual limeña y la amazoniquísima belleza de una nativa auténtica. “La bella”, el cuento más completo de la publicación donde el autor se adentra definitivamente en el realismo mágico amazónico y en las miserias humanas de un aprendiz de brujo.
  Esta primera vez de Arturo Ríos merece no ser la última.  Sin terminar aún de disfrutar esta publicación, ya estamos esperando la segunda que la prometió entre risueño y cachaciento, como sus relatos, finalmente.   

Gustavo Vásquez Vásquez
Diario EL MATUTINO            Iquitos, 31 de Agosto del 2000

Autor

Arturo Ríos Ramirez

Nació en Moyobamba (departamento de San Martín, Perú) en 1948. Extasiado ante tan lindo llullito, el Reverendo Padre Domingo de Totoricagüena auguró que sería Obispo de la ciudad.  Contrariando semejantes expectativas, devino en periodista, publicista y narrador.
De bellas y brujos es su primer libro.  Actualmente prepara un segundo volumen de relatos y una novela corta. Visite: http://litamazon.blogspot.com/